martes, 27 de marzo de 2012

Tatyana Roeva: La primera persona a la que un banco condona la deuda hipotecaria en España

Tatyana Roeva es una mujer búlgara de 42 años que ha estudiado cuatro carreras, una de ellas Psicología. Cuando llegó a Madrid hace más de 20 años viajaba a su país para realizar exámenes de sus estudios. Al principio venía a la capital de visita, donde conoció a través de amigos comunes a Anuar, de nacionalidad libanesa y su actual marido.

En 2006, Tatyana y su pareja, Anuar, pidieron un préstamo hipotecario de 250.000 euros al BBVA, la entidad financiadora. Con ese dinero se tasó la casa que compraron. Era un dúplex de 50 metros, de dos plantas pequeñas, situado en el barrio madrileño de Tetuán, en la calle Naranjo 14. 

Ambos tenían una panadería en Leganés, la cual tuvieron que cerrar. Desde 2008 comenzaron a demorarse en el pago de la letra de la hipoteca, por lo que les embargaron la casa en 2009. El inmueble se vendió en pública subasta, por lo que siguieron habitando en el mismo con miedo a perderlo todo en cualquier momento. 

Los afectados afirman que la entidad financiadora "aseguró sin pruebas que en el pasado nos ofreció la dación en pago". La comisión judicial firmó el desahucio para el 15 de junio de 2011. Tatyana es conocida por ser la primera persona que pidió ayuda en Madrid para evitar el desahucio

El primer desalojo de esta pareja, en junio, lo frenaron 500 personas convocadas por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), y acabó con indignados increpando a Cayo Lara, el portavoz de Izquierda Unida. Gracias a este apoyo, Tatyana y su pareja pudieron seguir viviendo en su casa, aunque apurados por lo que les esperaba en el futuro. Así se inició el movimiento Stop Desahucios de la PAH, del que es pionera es Cataluña. Desde entonces, Tatyana es la psicóloga de la PAH. 

Más tarde, la comisión judicial firmó el segundo intento de desahucio de la pareja para 29 de febrero de 2012, y por ello se prepararon para recibir auxilio de la PAH para ese día, previsiblemente desdichado. Tatyana lamentaba entonces que “es muy duro, pero uno tiene que encontrar fuerzas y luchar, porque no es solo el desahucio, ya que la persona se queda con una deuda de por vida”. 


El pasado 10 de enero, en el segundo intento de desahucio de Luis Méndez, un guineano de 45 años con ocho hijos en Senegal, Tatyana y su equipo de acción de la PAH consiguieron añadir a su lista de Stop Desahucios la suspensión de otro desalojo. Ese día Tatyana criticaba que, en cuestión de apoyo a los afectados por la hipoteca, los de Izquierda Unida (IU) “no se mueven, solo vienen para hacerse las fotos”, y eso que defienden lo mismo que la PAH: la dación en pago

La colaboradora de la campaña Stop Desahucios es la vencedora de una larga tormenta cuyo tornado se quería llevar por delante su casa. El pasado 28 de febrero, el BBVA concedió a Tatyana la condonación de la deuda, figura jurídica que difiere de la dación en pago porque se da después del proceso judicial del embargo. Por ello, tampoco ha tenido que pagar los gastos judiciales y los intereses de demora. 

Esta historia con final feliz surge pocos días después de que el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, anunciara el 22 de febrero que permitirá acogerse a la dación en pago sólo a “familias en exclusión social”, es decir, aquellas con “todos sus miembros en paro con las prestaciones agotadas” y cuyos ingresos adicionales estén por debajo de un nivel, que aún no está determinado. Otra condición es que “se trate de la primera vivienda”.

Ya son más de 50 desahucios impedidos por Stop Desahucios a nivel nacional, y la PAH prevé frenar muchos más en los próximos meses. El BBVA ha condonado la deuda a Tatyana y a su pareja a cambio de la entrega de la casa para saldar su deuda hipotecaria y les pagará dos meses de alquiler en otro sitio. Ahora viven en casa de unos amigos suyos, mientras que el marido se está ocupando de la reforma de la nueva morada donde van a vivir de alquiler y que han conseguido a través de un amigo.

Tatyana vuelve a ser protagonista en el drama de los desahucios, pues es la primera persona a la que un banco le condona la deuda, y todo gracias a la presión social de la PAH.


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